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De manera ordenada, han reunido gran cantidad de información de-
bido a su condición profesional, su gusto por la música y el legado de sus
antepasados; todo ello en diversos soportes: documentos en papel, docu-
mentos electrónicos, videos, fotografías.
Los años pasan y la familia crece, Daniel, Camilo, Santiago y Valen-
tina, son los herederos de María Isabel y Marcos; son muchas las reali-
zaciones y también pequeñas desilusiones que hacen parte de la cotidia-
nidad de toda familia; con frecuencia se recurre a los documentos para
rememorar tiempos pasados y también para conseguir argumentos en la
toma de decisiones.
Los tiempos cambian, la tecnología se impone y esto no es ajeno
a la familia; María Isabel y Marcos recuerdan con un poco de nostalgia,
cuando llegaba el cartero y con él noticias de sus familiares del exterior e
igualmente la experiencia de oler y leer los poemas escritos a mano por el
abuelo de María Isabel. Hoy dos de sus hijos se encuentran concluyendo
estudios en el exterior y aunque tienen comunicación permanente, a través
del correo electrónico, el chat y el teléfono, con frecuencia hablan de que
ya no habrá evidencia de dichas comunicaciones, pues la tecnología es
muy cambiante y no existe la cultura de migrar y conservar la información,
como se hacía cuando eran cartas en soporte papel que simplemente se
conservan y pasaban de generación a generación solo con el deseo de
compartir esas experiencias; hoy con la inmediatez que ofrece la tecnología
poco se piensa en que a alguien le interese ver dichas comunicaciones.
Camilo, su hijo mayor, pronto se casará y ellos han decidido darle
como obsequio de bodas, todos los documentos personales que han
recopilado a través de los años, desde antes de su nacimiento, como son:
controles médicos prenatales, ecografías, fotografías, videos, primeros
dibujos, carné de estudiante; en cada documento se refleja una etapa de
su vida.
María Isabel y Marcos conservan mucha información de su vida fami-
liar y laboral, incluso han recibido el legado de sus abuelos, razón por la
cual sus hijos viven admirados y agradecidos, dado que allí han encontra-
do respuesta a muchos interrogantes, sociales, académicos y familiares.
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Margarita María Torres Rodríguez